desexo

apuliñar
polo valado
descubrir
o interior.

que desapareza o fascínio
no reino das glicinias.



* A foto é dun valado á beira de “Villa Felisa”, na zona chamada “Ciudad Jardín”,  [a máis envexada por mín na cidade da Coruña], a dous pasos da ensenada de Riazor e Orzán. Foi feita co teléfono, onte, á unha da tarde.

**As glicinias asomando por riba dos muros nas casas antigas sempre me cautivaron co seu influxo evocador e fascinante [pero o texto -aínda que o pareza- non fala de valados e glicinias]

18 opinións sobre “desexo

  1. A glicinia e unha fermosa planta, de flor malva e dulce recendo, que teño vencellada no maxín cos pazos galegos, e as vellas casas de pedra das nosas aldeas.

    Parece ca glicina encaramouse no muro pra que ti a veras.

    Unha aperta.

    Gústame

  2. A min gústanme moito as glicinias. En Manderley hai unha que medra na parede do garaxe, pero a miña sogra tíñalle declarada a guerra porque dicía que era invasiva e haía que mantela a raia.
    Teña coidado cos consellos doutros comentaristas: aínda non se aboliu a propiedade privada.

    Gústame

  3. Pois aínda que parece un muro difícil para rubir por el, haberá que chegar ata arriba se queremos sentir o arrecendo desas flores e ao mesmo tempo descubrir o misterio que está ao outro lado. Ao mellor non é tan difícil como parece, se non o intentamos non o saberemos nunca.
    Bicos

    Gústame

  4. Bos días amicus:
    Cuán difícil es discernir la verdadera naturaleza de las encaramadas vallas que Zeltia plantea, salvo una ligera apreciación final, nada hace suponer que tal vez alguien esté pasando una semana de baja sensibilidad emotiva y no logre alcanzar el planteamiento recóndito de una difícil situación. A quién no?. Mi incapacidad me impide ver tras la pared,mi falta de sensibilidad cierra todo atisbo de posible “intuición”. Subiré al muro y en oposición con el poste apoyaré toda mi conciencia para discernir que ese posible leño vertical a mis espaldas es un totem beneficioso para su posible escalada resolviendo así con la vista lo que la imaginación no alcanza. Quién fuera un gato y alcanzar la “pola” alta de las flores que asemejan la seguridad de la culta madurez y otear una verdadera metáfora que Meliña sí parece tener encontrado. También cierta suegra conocía el valor cautivador y pendular de esta enredosa planta y la atacaba bien temprano para evitar competencia. Y yo pienso, cuando pienso, un patio interior también merece ser visitado?. Cómo se sentiría un patio ante una nueva visita ,cuántas cosas diría?. Muchos patios tras muchos muros, algunos en forzosas clausuras se cansan de tener repetitivas pisadas familiares todos los días,o ninguna, y espera que alguien con arrojo tenga la deferencia de fijarse en él, o de pensar que existe y para ello logra su atención peatonal sacando a relucir sus más fragantes brazos de conducta seductora. Cuán alegre estaría un silencioso y educado patio con una reciente visita a la que ofrecer una banca bajo las flores. Por primera vez las losas, o tal vez el suelo de tierra prensada,esté encantado de ser pisado por nuevas plantas(de los pies) recibiendo así el peso que confiere una nueva visita que no por nueva sea extraña. La sensualidad de los interiores decorados con bancos xilópalos de oropeles endógenos cansados de soportar las mismas rutinas del descanso conducen al aburrimiento de las horas intramuros. Saltemos por doquier y con ayuda de tan magnífico poste venzamos la curiosidad de embriagar el olfato de unas lilas que conducen al interior sosegado. Algunos patios no son como todos los demás, suelen ser particulares que se mojan y con lluvias comunes adquieren aromas húmedos que le transfieren un atractivo singular. Soleada primavera que redescubre un vergonzoso y humilde patio de camiseta anaranjada tras unos muros que lo tapian más allá del horizonte vertical del cielo sin posibilidad de conocer la calle y las personas que por ella transitan. Patios ciegos de altos muros que acompañados de testigos de madera muda se interesan en preguntar a tan alto xilófilo qué ocurre más allá de sus paredones. Vetusto comunicador espigado que le entrega notas en hilos colgando… (como quien pone un telegrama y resulta inútil). Pero estoy equivocado…

    Tras la sombra totémica de un poste vulgar dos bípedos pensantes se escondían de miradas cotidianas; ocultos por la fina penumbra se amaron con los ojos y mientras ella le pedía alcánzame una hoja, con sus dedos cruzados,él, hacía un estribo con el que alcanzar las delicadas enredaderas…encontrando sugerente el misterio resuelto sostuvo la fémina su mirada y aupada quejose al caer al otro lado…Escabroso asunto resuelto, regresó para comprobar la oscuridad fundida en una noche ensenada de cabellos cobrizos derramados en el mar; nada quedaba salvo las manos con perfume a glicina que ocultaban cualquier posible sensación de delito…

    Es lo que pienso yo.

    Deica logo amicus.

    Longa aperta e anaco de bico.

    Gústame

  5. e si acaso consigueses apuliñar polo valado e ver o que de verdade hai, tal vez o feitizo quedaría desfeito… mellor así, imaxinando, desexando.

    biquiños,

    p.d.: vaia que é curioso o de Chela ¿verdade?, as dúas tan cerquiña na realidade…

    Gústame

  6. Comprendo Rubén, que el discurso del Barón no es fácil de seguir. Yo no supe lo que son los bancos xilópalos de oropeles endógenos, sin embargo me hago una idea, (seguramente equivocada) de lo que puede ser un patio con camiseta naranja [esos patios tienen el cielo y el mar como horizontes desde las cimas de las montañas nevadas]
    Y sí, Susana, as Evas sempre temos curiosidade, pero os Adáns tamén!, menos mal que está Kaplan para poñer un punto de cordura, porque Harmonía contaxiada pola miña curiosidade de axexar por riba dos valados, aínda me anima a saltalos! e Dilaida! [e a nena do paraugas ás agochadas]; pero non vedes que, como ben se decata Aldabra, despois a fascinación desaparece? [é ben, ás veces, que desapareza]

    E, así de coña, poderemos divagar con valados e glicinias, pero non podemos esquecer que todos temos diferentes muros, uns a derrubar, outros a sortear, outros a subir… Nin as pedras no medio do camiño…

    No meio do caminho tinha uma pedra
    tinha uma pedra no meio do caminho
    tinha uma pedra
    no meio do caminho tinha uma pedra.

    Nunca me esquecerei desse acontecimento
    na vida de minhas retinas tão fatigadas.
    Nunca me esquecerei que no meio do caminho
    tinha uma pedra
    tinha uma pedra no meio do caminho
    no meio do caminho tinha uma pedra.

    Carlos Drummond de Andrade

    bicos tamén para quen non mencionei antes: Pitima, Chela, Antón (mixiriqueiro na fábrica), Antonio,Raúl, Meliña. Sempre agradecida por falar comigo

    Gústame

  7. fiquei tantas tardes nos parladoiros do desexo, manqueime nos valados dentados de critais, a froita ó outro lado víase tan fresca para os meus beizos coma para a lingua dos meus silencios

    Gústame

Deixar un comentario