Llueve sobre la ciudad y el agua baja en torbellinos por las pendientes de las calles, arrastrando consigo la basura y los restos de aceite, hasta colarse por las alcantarillas y llegar al inquietante mundo subterráneo.
Allí se mezcla con las otras aguas que vienen de los váteres de nuestras casas. Con los detergentes. Con las espumas de afeitar y las alianzas de boda. Y discurre por túneles y galerías laberínticas, ensanchando el cauce del río nauseabundo en el que habitan los cocodrilos albinos de las leyendas urbanas, en cuyas orillas viven enormes ratas inmunes a los pesticidas, a los metales, que escalan por los sueños y se pasean por nuestra almohada.
Ese curso de agua infecta recorre kilómetros bajo los jardines en primavera, bajo los restaurantes con una estrella Michelin, hasta desembocar su caudal pestilente en el mar. En la boca misma de las lubinas salvajes que venden a 25 euros/kg en el Mercadona.
Hoy las lubinas ya no son lo que eran; son lobinas que firman alianzas roedoras de sueños de almohadas pegadas a cenas copiosas por esos metales pesados y por los otros con que los restaurantes de bien acostumbran a añadir para cobrar sus platos a precio de polvo de oro.
Es el ciclo de la nueva vida transformando el fango eterno del fondo, poso que precipita por entre sus agallas transmutadas y luego, en el mercado, ya no las llaman por su antiguo nombre. Variaciones nacidas del descubrimiento de nuevas especies a las que los catalogadores ya no añaden Linneo. Revolución industrial que amansas la vista llevando tus sumideros fuera, bien lejos pasando por la orilla y dejando las depuradas aguas para las ricas piscinas…Algún día los peces sólo serán espina, los árboles duramen limpio y los pájaros pluma hueca; las ratas poblaran la tierra y tendrán memoria de cuando sus antepasados bárcenas, ritas, chemaris, campistas, cospedales, rajos y tantos otros profetas les dejarán escritas biblias en las que reflejaran cuentas en tablillas sumerias y un nuevo dios roerá las entrañas de la Tierra buscando un nuevo infierno al que arrojar a los esclavos perseguidos por su ansia de libertad pagana. Los sueños de aquellos cercanos viajes interplanetarios serán la tónica del reinicio y las musarañas conejillos de indias que acompañarán a los pocos pilotos en una nueva aventura para reexplorar el mar de la Tranquilidad y el hueco de Copérnico; la aventura habrá comenzado de nuevo.
Apestando la actualidad a concursos destructivos, apestando las aguas sobrantes a cloacas de gallinero, apestando los sumideros de sus bocas a pescado podrido como los venenos en francés…
.sucimaogolacied*Z
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No siempre es necesario preguntarse adónde van las gotas de lluvia que resbalaron por el cristal mientras te pensaba.
(hoy estoy superficial :-) )
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¿En castellano? qué raro…
Me encantaron las alianzas de boda.. allí en medio… jaja
Muy bueno. Y muy buena la foto. Me encantan esas katiuscas de lunares!!! Y esa tapa de alcantarilla oxidada y ondulante….
Bicos Zeltia!!!
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como la agüita amarilla de los toreros muertos, de 40 cervezas ingeridas a la lluvia que todo lo moja! del mejor abono natural nacen las flores más hermosas. la vida tiene estas contradicciones.
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Negro sobre branco: Debaixo das aparencias, do oropel, da sofisticación, esta a nosa roña. As lubinas de Mercadona poden vir de cloacas aínda máis apestosas, de zonas con maior contaminación, da explotación dos seus traballadores/as, da súa política de compras en países con man de obra escrava para aumentar as súas plusvalías.
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Escaralloume a miña reflexión Pitima. Pq eu ía aludir ao efecto maligno das alianzas de voda e tamén ás katiuskas de lunares. E agora que digo? Que unha de lubina á plancha, por favor!
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Preciosas botas de agua.
Por mucho que llueva costará de limpiar tanta porquería.
Abrazo e saúdo afectuoso!
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Moi bo.
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Me encantó lo de las alinanzas, como a alguien por ahí arriba, También las botas de agua.
Y no pienso compar lubinas a 20euros, faltaría más.
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A veces nos olvidamos que llevamos un rio de heces dentro.
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Quitáchesme as poucas gañas que teño de comer peixe.
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moi bo, inda menos mal q polo menos levas katiuskas de lunares, pra compensar…:)
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La fotografía y el texto no pueden estar más en consonancia. Lo de las lubinas….
Hacía mucho que no pasaba por aquí y me encontré mucho cambio. Me gusta.
Ya estoy de vuelta.
Un beso
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Se algunha vez no parasemos a pensar no descorre baixo o asfalto, botariamos a correr!
Perfecto! Gústanme as botas!
Bicos.
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Viches “El viaje de Chihiro”? Hai tamén un río pestilente, que ao fin, xa non o é, logo de ir a unha casa de baños a limparse. Non sei se é o máis triste de todo pensar que tería solución, pero poder as veces, non é querer; unha mágoa! Maila que non son quen de perder a esperanza, aínda,
Moitos bicos, e boa semana :)
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grazas, rula! a semana foi uns días ben e outros mellor.
:) ogallá a túa tamén.
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